miércoles, 14 de octubre de 2009

Una bocanada de fantasía.



Compró la dosis con un objetivo en mente, sabía lo que buscaba; necesitaba evadirse de la realidad que la rodeaba, zambullirse en algún otro universo imposible que le permitiera no pensar; la oportunidad de sentir ese tipo de emociones que se manifiestan tan puras,de esencia tan concentrada, que te recorren el cuerpo relampagueando en un arco iris de sensaciones, cuyos efectos permanecen durante largos minutos aun habiendo desaparecido ya el impacto de la novedad y te proporcionan el mismo placer cuando tu cerebro las revive una y otra vez.

Devoró las páginas del libro con ansiedad, sumergida en un universo tan propio de la imaginería adolescente y tan alejado de su edad que le hubiera dado vergüenza reconocer el poder de atracción que aquellas páginas ejercían sobre ella, pero ahora estaba sola, disfrutando del silencio, del calor de la manta que la envolvía y del mullido sofá que la abrazaba, tan concentrada en la lectura que solo el entumecimiento de sus extremidades le distraía de vez en cuando, recordándole que cambiara de postura.

Conoció a personajes extraños, se sintió libre, sufrió, pasó miedo...Se enamoró, con esa intensidad del amor adolescente que solo deslumbra en los libros o que por lo menos ella no había conseguido experimentar en su infructuosa adolescencia; se enamoró y fue correspondida con la profundidad del destino, con la intensidad de la muerte que acecha, con la totalidad del universo concentrada en un latido común.

Y siguió consumiendo su recién adquirida mercancía con una mezcla de ansiedad y miedo por llegar al deseado y terrorifico "fin" que la empujó bruscamente de nuevo a la rutina, y una vez más sintió esa melancolía de las rupturas, ese vacío que sobreviene cuando te das cuenta de que ya no le volverás a ver. Se fue a dormir inmeditamente, con la esperanza de que las escenas imaginadas cobrarían vida en sueños y reviviría una vez más aquel universo maravilloso covertida en directora de su propia versión cinematográfica gracias a la complicada mecanica neuronal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario